Es muy difícil de responder sin haberlo meditado detenidamente. No existe un solo punto de vista sino muchos y muy distintos. Y al hacernos esta pregunta se nos plantean otras más que vienen a constituir un examen de nuestro pasado, presente y futuro como empresarios:
No vamos a detenernos en lo que, probablemente, sea la cuestión principal que hay que tener en cuenta en ese momento: ser conscientes que eliminamos el muro que separa el mundo del trabajo con el mundo de la familia. Circunstancia que puede llegar a ser altamente conflictiva.
Vamos a considerar, exclusivamente, que inviertan su dinero temporalmente a cambio de una rentabilidad predeterminada. Es decir, no entran en el capital social de la empresa. Eso lo hablaremos en otro podcast porque implicaría obligaciones adicionales. Y, por supuesto, protocolizando todo y formalizando un contrato de préstamo con las implicaciones fiscales obligatorias.
En este momento hay que tener en cuenta los principales factores que intervienen en toda inversión: rentabilidad, horizonte temporal, riesgo y perfil del familiar que invertirá parte de su patrimonio con nosotros. Por ahora, nos vamos a centrar exclusivamente en la rentabilidad que ofrecer a nuestro familiar.
Vamos a ser conscientes que el coste financiero será superior que acudir a la financiación externa. Pero, ¿hasta dónde llegar?
Si le vamos a pedir a la familia que invierta su dinero en la empresa le tendremos que ofrecer un tipo de interés superior al que ahora nos pide la banca y superior al que nuestro familiar puede obtener por invertir su dinero en la banca tradicional. Si estamos dispuestos a hacer eso (financiarnos a un coste superior al financiero) debemos estudiar cuál es el límite.
Evidentemente , si hacemos eso es por dos motivos principales:
- REESTRUCTURACIÓN: El banco no nos presta porque tenemos cuentas estresadas y necesitamos reestructurar (un ICO que no podemos devolver, una cuenta de crédito que no nos renuevan, elevadas cuotas mensuales de varios préstamos que me asfixian…). Con lo cual el coste financiero bancario simplemente no existe. Podríamos considerarlo como “infinito”.
- INVERSIÓN: Queremos hacer una inversión en activos productivos que mejorarán nuestra rentabilidad y buscamos financiación alternativa a la bancaria para complementarla. El banco me presta una parte y yo tengo que buscar lo que me falta.
Pues para calcular hasta dónde puedo situar el interés que debo pagar por esta financiación alternativa tengo que calcular el ratio financiero denominado ROA (Rendimiento de nuestro Activo). Para ello, dividiremos el beneficio antes de intereses e impuestos BAII) entre el total activo de nuestra empresa y el resultado lo multiplicamos por 100 para expresarlo en porcentaje. Ese resultado es el rendimiento que nuestra empresa realmente es capaz de alcanzar con independencia de la fiscalidad y de los gastos financieros derivados de la financiación que ya tengamos. Este es el límite máximo que deberíamos ofrecer a nuestro familiar. Un interés superior perjudicaría nuestra empresa ya que la rentabilidad que obtenemos sería inferior a lo que le pagamos a nuestro familiar por su dinero. Si el ROA de mi empresa es un 6% no puedo pagar un 10%.
Si se trata de una reestructuración, manteniendo el resto de costes, nuestro próximo ROA puede ser inferior al de este año por el simple hecho de aumentar los gastos financieros al pagar a nuestra familia el tipo estipulado. O no. Porque si reestructuro familiarmente pagando el mismo tipo de interés que tengo actualmente con la banca los gastos no aumentarán. Por eso deberemos ser muy prudentes a la hora de establecer ese tipo de interés. No queremos perjudicar a la empresa.
Situación distinta si de lo que se trata es de invertir en activos productivos. En este caso esperamos aumentar nuestro rendimiento por lo que podremos ser más generosos. Pero con el tope del ROA para no estresar mucho nuestra cuenta de resultados.
Recordad: El ROA lo calculamos dividiendo el BAII entre el Total Activo. Y eso es lo que nuestro negocio rinde. Si pago por encima de esa cantidad estoy perjudicando a mi empresa.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta que la reestructuración con dinero familiar suele ser algo más flexible que la reestructuración bancaria pero nos jugamos el bienestar familiar. Si sale bien, sale bien. Pero como salga mal, te quedaras sin dinero y sin familia.
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